Las cervezas trapenses de Chimay son actualmente el tesoro trapense más apreciado en el mundo, ya que la Chimay es la trapense que más se exporta, y se comercializa. Es admirada y deseada desde Estados Unidos hasta Japón. Son auténticas cervezas trapenses: esto significa que se elaboran entre las paredes de un monasterio trapense, bajo el control y la responsabilidad de la comunidad monástica, que está implicada en el proceso íntegro de explotación de la cerveza. El grueso de los ingresos generados por esta actividad se destina a cubrir las necesidades de la comunidad y a la obra social. En cuanto al monasterio de Scourmont, fue fundado en 1850 por un pequeño grupo de monjes. Alrededor del monasterio se construyeron una granja, una cervecería y una fábrica de queso.